Plaza de la Seo. Zaragoza (Aragón) |
Visitar Zaragoza
con niebla tiene un atractivo que muy pocos valoran, el frío y la poca visibilidad,
dan a la capital una aspecto realmente misterioso. Allí donde nada se espera,
aparece una ciudad inmortal, que vela de sus edificios casi invisibles. Conservados
a través de siglos de historia que bañaron a sangre y fuego sus habitantes. La ciudad nos
invita a pasear por sus estrechos callejones donde los tejados desean abrazar al
viandante, y en cada esquina la vieja urbe nos descubre un misterio oculto que
nos obliga a perseguir sin descanso. Cuando el viento llamado “Cierzo” empiece
a silbar por las esquinas aparecerá ante nuestro ojos “La vieja Ciudad Blanca”
con todo su porte, para dejarnos en nuestra retina la imagen del paraíso.